El Retiro
El Retiro o el Pulmón de la ciudad de Madrid es el Parque más importante de esta ciudad y cuenta con infinidad de estatuas, fuentes y monumentos conmemorativos que han ido poblando los jardines y lo han convertido en un museo de escultura al aire libre, su nombre completo es Parque del Buen Retiro.
En el Retiro hay cientos de rincones que visitar y actividades que disfrutar con espectáculos de marionetas, titeres, pintores, músicos, cantantes, lectores de manos, echadores de cartas, adivinos y videntes que son algunas de las distracciones habituales además de poder sentarse en alguno de sus quioscos para relajarse viendo el estanque mientras nos tomamos una cervecita al sol.
Comencemos a visitar el Retiro entrando por la puerta grande para ir conociendo sus monumentos y rincones más emblemáticos:
El Monumento a Alfonso XII es un conjunto escultórico situado casi en el centro del Parque del Retiro y está situado en una de las orillas del estanque artificial. En primer término aparece la estatua ecuestre del rey fundida en bronce. En el basamento central La Paz, La Libertad y El Progreso. En el zócalo tres relieves de bronce.
En resumidas cuentas, el Parque del Retiro es un maravilloso parque de varias hectáreas con una laguna artificial donde puedes navegar en bote de remos, tiene unos jardines hermosos, el lugar es apto para toda clase de deportes, hay lugares donde comer y también baños, es un regalo para poder descansar y relajarse, tiene grandes avenidas y está al lado de la Puerta de Alcalá y de la Fuente de la Cibeles, muy muy cercano...
La Casa de Fieras del Parque del Buen Retiro fue un parque zoológico que se encontraba en los hoy denominados Jardines del Arquitecto Herrero Palacios. Fue creada por Fernando VII y mejorada por Isabel II y estuvo ubicada hasta hace unos años junto a la Puerta de Sáinz de Baranda en lo que hoy son los Jardines de Herrero de Palacios del parque y extendiéndose hasta los actuales Jardines de Cecilio Rodríguez. Posteriormente se trasladó como Zoo de Madrid a la Casa de Campo.
Yo fuí alguna vez a la Casa de Fieras ya que mis amigos y yo como viviamos cerca de Atocha subiamos andando y atravesábamos el Paseo de coches. Había dos pilares de acceso al recinto con una taquilla y la entrada costaba 3 pesetas.
El empresario de circo Luis Cabañas amplió la nómina de animales expuestos y atrajo al público con una forma muy espectacular de llevar el negocio llegando a prestar animales para la realización de luchas en plazas de toros, también sacaba a pasear cocodrilos para que tomaran el sol y llevaba a los elefantes a bañarse a una fuente del parque hasta que un día la elefanta Pizarro se escapó por la calle de Alcalá, eso si, sin hacer daño a nadie, finalmente y ante el susto de sus propietarios se metió en una tahona donde se zampó todo el pan que pudo encontrar.
Siempre se veían por los alrededores a unos Guardas jurados de Parques y Jardines que vestían un uniforme de una rígida tela gris que era como de fieltro grueso y con unos botoncillos dorados en los puños, la casaca la adornaban con una banda roja y los pantalones se aseguraban con un ancho cinturón de cuero negro que ajustaban con una hebilla grande también de color dorado, también llevaban una gorra o sombrero que siempre imponía carácter y en este caso autoridad, estos guardas jurados en general eran groseros, toscos y mal encarados y tenían un silbato que hacían sonar para advertir a los ciudadanos que estaban cometiendo una infracción.
En los tiempos de mi juventud, el Guarda jurado tenia que prestar la siguiente formula de juramento
Unos años más tarde ya se suaviza el juramento quedando así:
La Chopera y aledaños era una zona de libertad vigilada porque toda la aventura se limitaba a circular con las bicis alrededor de dos casetas rústicas circulares llenas de bicicletas y triciclos y regentadas por dos señores que recuerdo como si los viera ahora, uno con el pelo blanco y muy simpático, el otro con menos pelo y algo más serio con los que los amigos hicimos una buena amistad y nos trataban muy bien. Gracias a que aprendi a montar en bicicleta de pequeño tenia la opción de ir con mis amigos del barrio a la Chopera del Retiro a alquilar una bici durante una hora y asi pasar una tarde divertida con todos ellos.
Era todo un lujo pasear en bici por el Retiro en aquella época en la que muy pocos niños tenían bicicleta propia.
Otra de las formas que teniamos para pasar las tardes era acercarnos a pescar furtivamente en el Estanque, soliamos llevar hilo de nylon, un clavo que doblabamos para hacer de anzuelo y una bolsa de plástico para meter el pez que pudiesemos coger, pero siempre con muchísimo cuidado debido a los Guardas Jurados del Parque (se nos podía caer el pelo si nos pillaban).