Hay cosas que me recuerdan al
colegio, el
olor a pino por ejemplo me recuerda a mi
plumier de madera de dos pisos aunque rara vez lo llevábamos lleno. No teníamos estuches de cremallera como ahora, todo estaba hecho a mano y cuidábamos las cosas como si fueran oro porque no había dinero para más.
Los pupitres también eran de madera y escribíamos con
pluma (había que cargarla de tinta)
¡ay de aquel que manchase el tablero o el cuaderno! limpieza ante todo. Para eso también teníamos el
papel secante, un papel que absorbía la tinta recién escrita y evitaba los borrones y las manchas. Aún recuerdo con horror el
momento tiralíneas, ponías la regla y al quitarla
¡toma manchón! si era pequeño aún se podía rascar con una pequeña cuchillita pero si era grande había que volver a empezar, no había vuelta atrás. Si tenías mal pulso estabas perdido.
La mochila no existía, todos llevábamos una cartera de piel a la escuela y nadie decía nada de la espalda porque sólo teníamos un libro, la Enciclopedia Álvarez.
Yo empecé a ir al Colegio en el año 1952 con tres añitos a la clase de párvulos del Colegio Castilla que estaba en la calle Alicante nº 3 en Madrid Distrito de Arganzuela....
En esa época, los niños y niñas no podían compartir las aulas escolares, por esta razón mi colegio evidentemente era un colegio de niños exclusivamente, las niñas acudían a las clases que se impartian en el Liceo Femenino en la Plaza Jose de Villareal que estaba junto a la Iglesia de la Beata Mariana de Jesús muy cerca de nuestro colegio.
Todos recordamos nuestros años escolares, la entrada y salida de clase, el encuentro con los compañeros, las aventuras y travesuras que viviamos a diario, el temor a que nos sacara el maestro a la pizarra, los dichosos deberes, los castigos y reprimendas en clase, la hora de las notas... tantas y tantas cosas que calaron tan hondo que no se me olvidarán nunca. Como no, también recordamos nuestra escuela, el día a día, todos aquellas vivencias que como alumnos experimentamos.
Éste es el recuerdo que más grabado se me quedó del primer día de parvulos en el colegio, la maestra que la llamabamos Señorita Josefa nos mandó sentar a todos en los pupitres, garabateó en la pizarra las 5 vocales (luego supimos que eran las vocales, claro, en aquel momento no eran más que extraños e inquietantes signos) y señalándolas una a una, nos hizo repetir: a, e, i, o, u, bien, pues asi fué el primer curso de parvulitos y lo creáis o no, con 3 añitos y medio que tenía entonces aún tengo una imagen muy clara de aquel día en la memoria...
Recuerdo de mis clases de parvulitos haber aprendido a leer con fluidez con 4 años, la seño cada mañana pasaba lista y debías levantarte al oir tu nombre y responder... Presente... posteriormente y tras haber rezado, cada día un niño diferente procedía a leer una especie de papel impreso plastificado con el que todos repasábamos con una cantinela al unísono lo que allí se hallaba escrito....
La capital de España es Madrid
Los puntos cardinales son cuatro: Norte, Sur, Este y Oeste...
Yo diría que la época del colegio que con más cariño recordamos casi todos es la que va desde parvulitos hasta 4º o 6º de Bachiller. Los días de escuela transcurren despreocupadamente y te lo pasas pipa jugando en el patio con tus compañeros, es más tarde cuando comenzamos a tener consciencia de lo que se espera de nosotros y a pasar nervios y tensiones por culpa de los exámenes y los deberes.
Y el material escolar?