Años 50 - WEB 2023

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Década de los 50

Las personas nacidas en la década de los años 50 nos ha tocado vivir en plena dictadura. Nos obligaban a saludar con el brazo en alto. Las mujeres tenían que hacer el Servicio Social obligatorio y los hombres el Servicio Militar también obligatorio.

  • No había grandes superficies de compras, solo estaban los 3 o 4 economatos para los trabajadores de las grandes empresas y tenían todos los productos como en serie, parecía que estábamos en Rusia.
  • A la iglesia no se podía entrar en manga corta y sin mantilla en la cabeza, cosas que fuimos eliminando poco a poco los más jóvenes en aquel entonces.
  • La mujer estaba supeditada al hombre, él seguía siendo el cabeza visible de la familia para todo y la mujer no podía tener ni voz ni voto. En los años 70 si una pareja compraba un piso aunque fuese a partes iguales, la escritura iba a nombre de su marido nada más. La mujer por supuesto tampoco podía tener una cuenta en el banco a su nombre. Parece mentira en pleno siglo XX en qué condiciones vivía la mujer, pero era lo que había.
  • Cuando Juan Carlos I fue entronizado el 22 de noviembre de 1975, en España no existía el divorcio, y la cohabitación de una pareja era posible motivo de persecución policial. En esta época los pasaportes eran artículo de lujo y se viajaba poquísimo al extranjero exceptuando las personas que se iban en busca de una vida mejor (emigrantes).
  • Cuando una pareja se casaba en aquel entonces lo hacían siendo muy jóvenes, se iban de luna de miel como muy lejos a Canarias (en mi caso fue a Londres) y cuando se llegaba al hotel te pedían el Libro de Familia.
  • Las mujeres nacidas en los años 50 fueron de las primeras en seguir trabajando tras casarse y pioneras en hacerlo después de la maternidad. Los primeros anticonceptivos no llegaron a las farmacias hasta 1979 y el aborto era, por supuesto, clandestino.
  • Los gays, sencillamente no existían de cara a la sociedad, la homosexualidad se vivía de tapado, era considerada una inmoralidad y normalmente se casaban para adoptar una vida normal cara a la sociedad, mientras que la única persona que lo sufría era la pobre incauta que se casaba enamorada y cuando se destapaba el pastel ya era tarde ya que los matrimonios en esa época eran para toda la vida. Si se sabía de qué pie cojeaban, eran perseguidos por la ley de vagos y maleantes.
  • Los militares mandaban mucho y los jóvenes de entonces tenían como una fijación la obligatoriedad de ir a la mili que ya les parecía una pérdida de tiempo absoluta.

Pero afortunadamente de todo esto ya han pasado unas cuantas décadas.

Ritos de paso

En mi generación como en todas, se marcaban claramente ciertos ritos que eran necesarios superar para identificarse con la etapa de la edad superior, así, había algunos ritos que yo recuerdo que eran imprescindibles entre los muchachos de mi edad. Empecemos desde la pubertad a la adolescencia o sea, (el descubrimiento del sexo). En aquellos años de la década de los 50 y 60 e incluso en los años 70 podía suponer un auténtico trauma no sólo la religión que condenaba el sexo sino que la moral pública impedía que fuera algo cotidiano.

La prohibición de desnudos en revistas, cine, arte y demás manifestaciones era algo evidente y la censura cumplía su función a la perfección de tal forma que estos temas eran siempre tabú como por ejemplo, la exhibición del cuerpo en playas y piscinas, las peligrosas excursiones campestres, los bailes con demasiado contacto físico, los espectáculos y escritos capaces de despertar la concupiscencia... hoy pueden chocarnos pero en todo eso está el origen de muchos de los sentimientos de vergüenza que aún nos invaden.

En fin, eran ritos de paso de aquellos tiempos hoy extinguidos pero cambiados por otros diferentes, ritos que siempre han existido, existen y existirán y son innatos a la condición humana, claro está que eran otros tiempos peeeroooo...

Que grandes tiempos fueron aquellos

Por estas razones, cómo me gustaría volver un día de mi vida a la niñez, sentirlo todo otra vez, jugar sin preocupaciones, dejar volar mi imaginación, ser un aventurero en la selva del barrio, ser feliz con tan poco... pero el tiempo pasa y el mundo cambia, los juegos en las plazoletas del barrio se han reemplazado por juegos electrónicos, los barrios por countries, lo público por lo privado, la vida social por el encierro en casa.

Resulta difícil escapar de la melancolía cuando nos acordamos de tiempos pasados y volvemos a recordar a los seres queridos que ya no están entre nosotros, a aquellos amigos de toda la vida de nuestra infancia, a los amigos para siempre… pero también volvemos a vivir momentos felices e irrepetibles que nos delata la sonrisilla que acompaña su recuerdo, pensando en ellos me he decidido a contaros algo sobre nuestras diversiones de por entonces en el Madrid de los años 50, 60 y etc...

Empecemos suponiendo que la primera palabra que dije fue ajo como todos los niños, y después papá, pero también recuerdo como a los pocos años aprendí a montar en bicicleta y en patines tras muchos entrenamientos y por supuesto muchas caídas.

Hoy en día, circulan por internet unas preguntas respecto a cómo éramos los que nacimos en los años 50, en los 60 o los 70, pues saber que... la gran pregunta es:

¿Como hemos conseguido sobrevivir a todo ello?

y sobre todo

¿Como hemos podido desarrollar nuestra personalidad?

Pues bien, resulta que yo soy de los 50`s y como tal...
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Fui de la generación de la espera y sobreviví a:

  • Que los coches no tenían cinturones de seguridad, ni airbags.
  • Que en los asientos traseros de los coches podíamos jugar sin cinturones y no era peligroso.
  • Que los juguetes tenían muchos colores y las pinturas utilizadas tenían un alto contenido de plomo.
  • Que no existían los sistemas de seguridad para niños en los enchufes, puertas de coches o en los productos químicos para la limpieza del hogar.
  • Que se bebía agua de la manguera del jardín o de otras fuentes y no agua mineral de botellas esterilizadas. Bebíamos agua directamente del grifo y algunos incluso chupaban el grifo.
  • Que construíamos coches con maderas y cojinetes (rulemanes) y aquellos que tenían la suerte de vivir en una calle asfaltada con pendiente podían intentar fijar un nuevo récord de velocidad.
  • Que se podía ir a jugar con la única condición de volver para casa antes de oscurecer.
  • Que no existían los móviles y nadie sabía por dónde andábamos, increíble.
  • Que somos la generación del chorreón de mercromina porque teníamos heridas de las caídas y nos decían (lo que escuece cura). Dientes rotos y nadie te denunciaba aunque fuese por una pequeña pelea.
  • Que podíamos comer dulces, tomar bebidas con azúcar de verdad y nunca teníamos problemas con el sobrepeso porque siempre estábamos jugando en la calle y éramos muy activos.
  • Que no teníamos consolas como las Playstations, Nintendo 64, vídeojuegos, móviles, ni ordenador, ni internet, sin embargo... (teníamos amigos).    
 
No queda aquí la cosa, porque también teníamos que

  • Hacer 3 horas de digestión después de comer para no ahogarnos en el agua.
  • Hacer 2 horas de siesta para poder descansar.
  • Viajar en el Seat 600 sin cinturón de seguridad y sin airbag en viajes de 10 horas con 5 personas dentro de un Seat 600 o de un Reanault 12 o de un Simca 1000 y además no sufríamos el síndrome de la clase turista.
  • No tener puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
  • Montar en bicicleta sin casco (incluso 2 niños en una sola bici).
  • Montar en los columpios de metal y con esquinas en pico.
  • Jugar a ver quién era el más bestia.
  • Pasar horas construyendo carros de rodamientos (rulemanes) para bajar por las cuestas o simplemente en cartones y sólo entonces descubríamos que habíamos olvidado los frenos.
  • Jugar al churro, mediamanga, mangotero y nadie sufría hernias ni dislocaciones vertebrales.
  • Salir de casa por la mañana con una cartera de cuero llena de libros que pesaba 10 kilos y no sabíamos lo que era un trolley.
  • Jugar todo el día y sólo volvíamos a casa cuando se encendían las luces de la calle (nadie podía localizarnos).
  • No tener móviles.
  • Rompernos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.
  • Abrirnos la cabeza jugando a las guerra de piedras o dreas y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.
  • Tener peleas y esmorronarnos unos contra otros y aprendimos a superarlo.
  • Merendar bocadillos de chocolate o de aceite con pimentón y no yogures bio, lunchables, ni comida bifidus activa.
  • Comer dulces y beber refrescos, pero no éramos obesos si acaso alguno era gordo y punto.
  • Compartir botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada.
  • No contagiarnos los piojos en el cole, nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.
  • Quedar con los amigos y salir, o ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos con ellos y jugábamos a las chapas, a tú la llevas, al rescate, a cambiar cromos, al escondite..., en fin, tecnología punta.
  • Ir en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a sus puertas imaginaros! sin pedir permiso a los padres y nosotros solos allá fuera en el mundo cruel sin ningún responsable!, ¿cómo lo conseguimos?.
  • Hacer juegos con ramas de árboles que encontrábamos por la calle.
  • Ir a cazar lagartijas, ratones de campo y pájaros con la escopeta de perdigones antes de ser mayores de edad y sin adultos dios mío!
  • Participar en los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.
  • Repetir cursos, algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!
  • Veranear durante 3 meses seguidos y pasar horas en la playa sin crema de protección solar, sin clases de vela, de paddle o de golf, sin palos de espuma, sólo una tortuga rosa de corcho apretada en el pecho.
  • Construir fantásticos castillos de arena con foso.
  • Ligar con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un Chat.
  • Ir de paquete en la Montesa de algún amigo y sin casco.
  • Hartarnos de bacalao cocinado de todas las maneras posibles sin que nos doliera el estómago.
  • Jugar a las canicas, al trompo, al escondite inglés, al pídola y no nos aburríamos.
  • Recibir de los Reyes Magos las arquitecturas de madera, los patines de ruedas de acero o madera, los cheminova y los Juegos Reunidos Geyper con toda la ilusión del mundo.
  • Tener libertad, fracasos, éxitos y responsabilidad y aprender a crecer con todo ello.

¿Como era eso posible?

A veces pienso y me da miedo ver a qué velocidad crece todo, pisemos un poco el freno y disfrutemos de lo que tenemos, no hay tanta prisa en avanzar, no nos daremos cuenta y tendremos todo hecho y no habremos aprovechado nada.
La Peseta y el Euro

La peseta fue la moneda de curso legal en España y sus territorios de ultramar desde su aprobación el 19 de octubre de 1868 hasta el 1 de enero de 1999 tras la introducción del euro. Siguió circulando hasta el 31 de diciembre de 2001 con la consideración legal de (fracción no decimal de euro) y después, provisionalmente hasta el 28 de febrero de 2002.

El 1 de enero de ese año habían entrado en circulación las monedas y billetes de euro, con los que se convivió durante 2 meses.

Coloquialmente, la peseta a menudo ha recibido otros nombres como pela, rubia, cala o incluso chufa (el ordenador me ha costado 150.000 pelas).

Las monedas y billetes de peseta tenían sus motes

A partir de ahora usa el ratón haciendo clic sobre los objetos y podrás verlos más grandes

Monedas de peseta

La moneda de 5 céntimos era llamada perra chica.
La de 10 céntimos era la perra gorda.
La moneda de 50 céntimos se le llamaba 2 reales.
La moneda de 5 pesetas era conocida como el duro.
En 1982 el billete de 100 pesetas fue sustituido por la moneda de 100 pesetas llamada 20 duros.

Billetes de peseta

El billete de 500 pesetas eran 100 duros.
El billete de 1.000 pesetas eran el talego, napo o el billete verde.
El de 5.000 pesetas se conocía como boniato por su color marrón, también se le llamaba 1.000 duros.
El millón de pesetas era un kilo.
Billetes del rey Juan Carlos I
Adiós a la peseta y bienvenido el euro

Toda despedida es dolorosa y 40 millones de españoles tuvimos que decirle adiós a la peseta el (28 de febrero de 2.002). Atrás quedaban 134 años de historia y vigencia de una moneda muy querida que acompañó al país en sus avatares a través de las distintas etapas de nuestra historia.

El 12 de junio de 1985 el Presidente del Gobierno en ese momento Felipe González (firmó el Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas). Así, la misma entró en vigor el 1 de enero de 1986 pasando España a ser miembro de pleno derecho de la Unión Europea. Con ello se ponía la primera piedra a lo que 3 lustros más tarde iba a ser un proyecto de moneda común encaminado a fortalecer la economía del continente y a facilitar la vida de todos sus ciudadanos.

El 31 de diciembre de 1998, la peseta dejó de cotizar y fue sustituida por el euro. Pero en los bolsillos este cambio no llegó a notarse hasta el 1 de enero de 2002 cuando el euro comenzó a circular al cambio de (166,386 pesetas / euro).

Monedas de euro
Billetes de euro
El ratoncito Pérez

Quién de vosotros no se fue alguna vez a la cama soñando que al día siguiente encontrarías un dinerito que te dejaría el ratoncito Pérez debajo de la almohada? A todos nos decían que un ratoncito se encargaba de recoger los dientes que se nos caían a los niños y que colocábamos bajo la almohada.

Mientras los niños duermen, el ratón cambia el diente por dulces, monedas u otros regalos.


Dónde poníamos nuestros dineros?
Rito de fumar

En los años de nuestra guerra incivil escaseaba el tabaco como también ocurrió durante la posguerra. Había fumadores empedernidos que llegaban a intercambiar vales de racionamiento de comida por unos perreros o caliqueños (un tipo especial de cigarro que se elaboraban en Levante y Cataluña) y muchos fumadores trataban de sustituir el tabaco por distintas plantas que se pudieran fumar como hojas de salvia, de higuera, de patata, pámpana de la vid...

Otros recogían las colillas del suelo, las desmenuzaban y las volvían a liar. Era un verdadero gozo disponer de un cuarterón (paquete de tabaco picado para liar cigarrillos) o de la cajetilla (la mitad de un cuarterón). Los cigarrillos Ideales venían burdamente empaquetados individualmente y había que reliarlos, se les llamaba caldo de gallina por el color caldoso del papel.

Uno de los ritos de mi juventud era fumar, y fumar en aquella época era síntoma de persona adulta capaz de tener responsabilidades, de hecho, los hijos no solían fumar delante de los padres hasta que volvían del Servicio Militar o como en mi caso cuando mi padre un día en la mesa después de comer me invitó a fumar un pitillo (que sensación de persona mayor tuve en esos momentos, incluso noté como mis hermanas se contagiaron de mi alegría).

Los muchachos de mi época fumábamos a escondidas, primero empezábamos por unos cigarrillos de anís que venían atados en un rollo, sí, de anisetes que vendían en los puestos de pipas de la época, eran tremendos, sabían a rayos, olían a anís y si te tragabas el humo te mareaban. También comprábamos la picadura y liábamos los cigarrillos con papel de fumar y como no, también comprábamos los Peninsulares los cuales eran infumables.

Después pasábamos a comprar cigarrillos sueltos ya de calidad, los más famosos que yo recuerdo y por los que empezábamos (también eran los más baratos) no tenían boquilla y eran de tabaco negro, eran los Celtas y si hablamos de tabaco rubio, como no, el Bisonte, horribles ambos y con unas estacas que a veces ni ardían. Los solían vender sueltos porque el precio de la cajetilla era prohibitivo para la mayoría de nosotros (1 cigarrillo de los celtas costaba 20 céntimos y 1 bisonte 50 céntimos).

Los emboquillados rubios ya eran palabras mayores, eran americanos de importación y costaban un pastón Camel, Chesterfield, Lark, LM, Malboro, Philips Morris, Kent, Winston, etc... el precio era de 1 peseta el cigarrillo, o sea, una salvajada.

Disponíamos de muchísimas marcas de cigarrillos a elegir entre el tabaco negro o el rubio. Se podían adquirir tanto en estancos como en bares e incluso en los quioscos de chucherías. Los podías comprar por unidades y además se podía fumar en todas partes y cuando digo todas quiero decir TODAS ya que en mis tiempos gloriosos se fumaba incluso en los hospitales, el metro, etc...

La aparición del tabaco manufacturado en cajetillas de cigarrillos (luego con el añadido del filtro) ha sido en parte el causante de su uso compulsivo por buena parte de algunos fumadores. Con ellos el fumar se hizo tan fácil y asequible que alcanzó a todas las capas de la sociedad. El tabaco de liar necesitaba su tiempo y su ceremonial, condiciones que evitaban su uso desmedido al tiempo que eran ocasión para la charla y el buen rollito como hoy se dice entre amigos.
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Tabaco negro y rubio

Vamos a recordar ese tabaco negro que fumábamos mayoritariamente en España quizás debido a que era mucho más barato que el tabaco rubio.
También se fumaba el tabaco negro que nos llegaba de las islas Canarias y de Francia...
Y ahora veamos el tabaco rubio que nos fumábamos proveniente de España y otros países además de las isla Canarias.
Ritos de paso - fumar

Pues sí, echar humo delante de tu panda era otro indicio de que ya te habías convertido en adolescente, eso sí, con cuidado de que no te pillaran en casa pues la bronca si no la bofetada estaba asegurada, porque se consideraba por parte de los mayores un pecado de los más mortales y os aseguro que no era por una cuestión de salud (pensemos que hasta los 60 estaba mal visto que las mujeres fumaran), pues bien, era una cuestión de respeto, creo que hoy en día me cuesta entenderlo a mí que lo he vivido, por cierto quién no se hizo un cinturón con las cajetillas vacías de tabaco?.

Muchos de nosotros recordamos el mareo posterior a nuestras primeras bocanadas de humo de uno de esos cigarrillos que comprábamos sueltos en el quiosco o que se lo quitábamos hábilmente a nuestros padres. Las marcas eran muy variadas Sombra, Rex, Rumbo, etc... y los famosos mentolados Piper, Rocío, Paxton y Reno. Cuando la economía iba viento en popa hacíamos una excepción y comprábamos tabaco rubio americano Winston.

Eran tiempos de salas de baile, discotecas o guateques y pasábamos las tardes del domingo en casa de algún amigo bailando mientras apurábamos los últimos cigarrillos del paquete comprado para el fin de semana. No podíamos llevar a casa olor a tabaco y mucho menos el paquete escondido, era peligroso y para evitar ese olor utilizábamos los chicles con sabor a menta (ilusos).

También eran tiempos de cortos noviazgos y besos robados, nuestras primeras experiencias de pareja muchas veces fueron acompañadas de un cigarro, después de unos besos sacábamos la cajetilla y encendíamos un cigarro, era como una demostración de madurez, una madurez de los 15 años, después la chica te hacía la pregunta habitual ¿ te tragas el humo? y uno que no quería parecer un pardillo hacía alarde de ser un gran fumador dando una buena calada al cigarrillo y provocando en muchas ocasiones unos grandes lagrimones acompañados de toses y atragantamientos y por supuesto de las risitas de la pareja.

En fin, fueron años de juventud, tabaco negro, inexperiencia y sobre todo de muchas ganas de vivir. Eran los ritos de paso de aquellos tiempos hoy extinguidos pero cambiados por otros tiempos diferentes. Eran ritos que siempre han existido, existen y existirán y son innatos a la condición humana.
Cajas de cerillas y encendedores

Ya os he mostrado las cajetillas de tabaco negro y rubio que podíamos comprar en los estancos, incluso en las máquinas expendedoras de tabaco que había por la calle y en multitud de bares y sitios públicos, pero ahora pasamos a otro tema relacionado con el tabaco.

Pues, para encender los cigarrillos empleábamos las clásicas cerillas que venían en cajitas de cartón con dibujos de mariposas, toreros o animales salvajes. Los más pudientes usaban los mecheros.

Nuestros abuelos usaban un chisquero de pedernal sobre el que se colocaba la mecha amarilla de algodón y se golpeaba con un eslabón de hierro para que saltara la chispa.

Se encendían muy bien al aire libre y no los apagaba el viento. Estos chisqueros luego se modernizaron y la mecha incluía en su extremo un ingenio metálico con el compartimento para la piedra de mechero de la rueda chisquera y una bolita para el apagado.

Después vinieron los mecheros de bencina, de gas y los de encendido electrónico...

El encendedor Flaminaire marcó una época ya que fue el primero a gas. Se fabricaron más de 50 modelos diferentes y se adaptaban a todos los estilos de los fumadores de finales de los años 60.
Puros, caliqueños o perreros, cubanos y sus vitolas
Evolución tecnológica

En esta página vamos a poder recordar algunos de esos objetos tecnológicos que formaron parte de nuestra infancia. En nuestra juventud la única tecnología que conocíamos era la de la radio con la que nuestros padres escuchaban el fútbol los domingos… ah, y las máquinas de escribir con sus teclas durísimas a la hora de escribir.

y tan felices!

La tecnología de los años 60 y 70 era esto, pero todo cambiaría en muy poco tiempo… y no podíamos imaginarnos como!

Con todo esto, quisiera hacer un repaso de la alta tecnología de los años 50, 60 y 70 que del mismo modo que ahora, nos permitía estar a la última, tanto en comunicaciones como en nuestra vida cotidiana, jejeje.

Desde finales del siglo XX y hasta la actualidad del siglo XXI la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, pero no es tan distinta a la que disfrutábamos en los 70, etc...

Palabras tan usuales en la actualidad como ordenador, internet o web ya eran hechos probados en los años 70 pero aquí en nuestro país ni eran conocidos ni mucho menos asequibles, así pues nos apañábamos con los siguientes artilugios que os voy a mostrar.

Primero, voy a intentar recordaros como evolucionó la tecnología en la España de los años 50 hasta pasados varios años, al incluiros fotos de aparatos que usábamos en el día a día.

Radio de galena

Una radio a galena es un receptor de radio de onda media que empleaba un cristal semiconductor de sulfuro de plomo llamado galena para detectar (rectificar) las señales de radio en amplitud modulada (AM) en la banda de onda media (530 a 1700 kHz) u (OC) onda corta (diferentes bandas entre 2 y 26 MHz).

Componentes de una radio de galena

El Receptor compuesto por la antena que realmente es un simple hilo de cobre de varios metros de longitud. También se puede usar fácilmente la antena de televisión y se puede usar el hilo metálico de tender la ropa que mide 10 metros y una toma de tierra que no es más que un cable conectado a una cañería o un somier metálico.

El Sintonizador es un componente necesario para hacer un circuito resonante que sintoniza las emisoras. Lleva 400 vueltas de hilo de cobre esmaltado de 0,2 mm de sección sobre un soporte cilíndrico de 3 cms de diámetro y 10 cms de longitud dejando una toma al aire cada 50 vueltas y un pequeño borde de medio centímetro sin enrollar en cada extremo. Está integrado por una bobina de cobre conectada por un extremo a la antena y por el otro a una toma de tierra.

También se suele utilizar un núcleo de ferrita que se puede introducir más o menos en la bobina y seleccionar la frecuencia de la emisora deseada.​

El Condensador variable que se trata simplemente de 2 placas metálicas que giran sobre un eje y paralelas entre sí pero sin tocarse físicamente y que al cerrarse ofrecen mayor o menor superficie y por tanto una mayor o menor capacidad electrostática. Es un componente necesario para hacer variable la frecuencia de resonancia de la bobina y así poder movernos entre un punto y otro del dial dejando pasar sólo una de las señales de entre todas las que entran por la antena. El condensador puede ser el de una radio vieja de transistores o a válvulas.

El Detector es una piedra de galena o un diodo detector de la señal de radiofrecuencia (un semiconductor que elimina una de las polaridades de los impulsos eléctricos) constituido tradicionalmente por una pequeña piedra de galena sobre la que hacía contacto un fino hilo metálico a manera de aguja punzante al que se denominaba (barba de gato o bigote de gato).

La función del bigote de gato es permitir elegir manualmente un punto de la superficie de la piedra de galena (mediante intentos sucesivos comprobando si llegaba el sonido) de forma que fuese capaz de filtrar la señal eléctrica corrigiendo su fácil desajuste. Este componente es el antecesor inmediato de los diodos de germanio o silicio utilizados actualmente.

El diodo es un componente necesario para rectificar la corriente de radiofrecuencia y dejar pasar sólo el voltaje de la señal de audio que se convertirá después en sonidos en los auriculares. Como era difícil conseguir el mineral de galena, comprábamos y utilizábamos en su lugar un simple diodo de germanio del tipo OA90 o cualquier otro equivalente.

Los Auriculares aptos para escuchar una radio de galena son los de cristal o con impedancias superiores a los 2.000 ohmios. En los modelos tradicionales se utilizaban auriculares de núcleo y membrana de hierro de alta impedancia (2.000 Ω) capaces de convertir directamente en sonido impulsos de muy bajo voltaje.
Radios capilla a válvulas

Antiguamente los aparatos de radio se caracterizaban por tener las carcasas en forma de capilla o de catedral, pero muchos fabricantes propusieron modelos de carcasas alternativos respetando las medidas y características.

Las radios a válvulas son receptores que se fabricaron después de la radio a galena. El empleo de la válvula triodo y sus posteriores evoluciones permitieron mejorar los receptores de radio y durante mucho tiempo se utilizaron las válvulas en todos los aparatos de radio hasta que se inventó el transistor.

Al principio, estas radios solo sintonizaban en amplitud modulada (AM), onda larga (OL) y onda corta (OC) pero más tarde se mejoraron para que pudiesen sintonizar la banda de frecuencia modulada (FM). Sin embargo las radios a válvulas con FM son relativamente más modernas y no se fabricaron tantas debido a que cuando empezaban a mejorar, el transistor ya estaba ganando popularidad frente a las válvulas.
Radios superheterodinos a válvulas

Se fabricaron distintos circuitos para las radios a válvulas siendo el más popular el superheterodino. Es el que mejor selectividad y sensibilidad da de todos y su funcionamiento se basa en lo siguiente:

Un condensador variable tandém sintoniza la frecuencia de recepción y a la vez también selecciona una frecuencia en un circuito denominado oscilador local, luego una válvula (típicamente un hexodo), mezcla la señal de antena con la del oscilador local y la envía a un conjunto de filtros denominados de frecuencia intermedia (FI) con un valor fijo pre ajustado de 455 kHz (para AM) y unos 10,7 MHz (para FM).

La válvula amplifica la señal del primer transformador de FI y la envía al segundo, tras eso se pasa la señal al detector y posteriormente al amplificador de baja frecuencia (baja frecuencia).
Televisiones a válvulas

La televisión es un sistema para la (transmisión y recepción de imágenes y sonido) que simulan movimiento a distancia. La transmisión puede ser efectuada por medio de ondas de radio.

La señal de vídeo es una señal eléctrica variable (análoga) que contiene diferentes tensiones (voltaje) dependiendo de la luminosidad de la imagen a transmitir y señales de sincronismo de línea y cuadro. Es una señal transducida de la imagen y contiene la información de ésta de forma analógica, pero es necesario para su recomposición que haya un perfecto sincronismo entre la deflexión de exploración y la deflexión en la representación.

La exploración de una imagen se realiza mediante su descomposición, primero en fotogramas a los que se llaman cuadros y luego en líneas. Leyendo cada cuadro para determinar el número de cuadros necesarios para que se pueda recomponer una imagen en movimiento así como el número de líneas para obtener una óptima calidad en la reproducción y la óptima percepción del color (TV en color).

Se realizaron numerosos estudios empíricos y científicos del ojo humano y su forma de percibir, se llegó a la conclusión de que el número de cuadros debía de ser al menos de 24 fotogramas al segundo (luego se emplearon por otras razones 25 y 30) y que el número de líneas debía de ser superior a las 300.
Oh, qué maravilla!  alucinante!  hay que ver los avances tecnológicos que hay hoy día!

Expresiones tan ardorosas y efusivas como estás son las que probablemente decíamos cuando a comienzos de los años 70 descubrimos algo parecido a un juego de tenis, simplemente consistía en dos líneas que a modo de paleta de ping pong eran capaces de interceptar una pelota consiguiendo que esta cruzara una pantalla de dimensiones como las de un televisor.

Aquel sorprendente invento que tanto nos emocionó se llamaba Pong, pronto como es de suponer las salas de juegos recreativos se vieron invadidas por aparatosos muebles con una pantalla incorporada en los que podíamos disfrutar de este primer vídeo juego de la historia como así puede ser considerado. No obstante, el susodicho Pong en realidad había sido creado como Tennis for two o tenis para dos.

y hasta hoy…!
Evolución tecnológica
La publicidad

Desde los últimos años de la década de los 50 y principios de la década de los 60 en España surgió una revolución publicitaria que trajo consigo eslóganes que enganchaban.

Se trataba del boom de la publicidad con gancho... En estos años se crearon los cimientos de una sociedad de consumo que evolucionó en las décadas de los 60, 70 y 80 y en la que se introdujeron gran cantidad de productos que crearían nuevas necesidades en la gente. La publicidad jugaría un papel importantísimo ya que su finalidad no era otra que ésta.

Se activó así la economía mediante técnicas que provenían sobre todo de Estados Unidos. Surgieron entonces los anuncios publicitarios en carteles, prensa escrita, radio y televisión. Fue la época de los eslóganes ocurrentes que muchos recordamos con nostalgia.

Cuando yo era niño se podían ver en los periódicos o revistas de la época anuncios como la colonia Varón Dandy, el aceite Giralda o este misterioso Potent que según rezaba la publicidad podría hacer milagros entre las mujeres, o el Cola Cao que tanto nos gustaba una vez dejamos de tomar la cascarilla, o el Chupa Chups que vino a endulzarnos la vida, no nos olvidemos del Anís La Asturiana tan difícil de encontrar en los supermercados,...

A la cartelera o valla publicitaria le preceden casi 100 años de carteles comerciales litográficos pegados anárquicamente en muros o columnas así como anuncios murales pintados en las medianeras de algunos edificios estratégicamente situados.

La valla otorga al anuncio un espacio exclusivo para su exhibición aislándolo de todos los signos que pueblan el universo urbano. El mensaje publicitario aparece en la cartelera en estado puro sin mezclarse con otro tipo de contenidos.

Vamos a hacer un poco de memoria publicitaria de los años 60 y 70 viendo algunos ejemplos de anuncios y carteles antiguos como Cupón Ahorro Hogar, Linimento Sloan, Sellos Eupita, Bicicletas Orbea, Café Monky, Vicks vaporoub, Cerebrino Mandri, Ceregumil, Mirinda, Doloretas, Agua de Carabaña, Hojas de afeitar Palmera, Iberia y Gillette, Magefesa, Televisor Kolster, Leche condensada la Lechera, y muchísimos más....

que tiempos aquellos!

Publicidad de alimentos
Publicidad de bebidas
Publicidad de productos caseros
Publicidad de productos de limpieza
Publicidad de medicinas
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