Utensilios y material ferroviario
Ropa del factor de circulación
Billetes de cercanías
Los billetes de cercanías como los imaginábamos (aún tendremos algunos guardados en la cartera, en un libro o incluso en alguna chaqueta) han pasado a mejor vida después de décadas formando parte de nuestros recorridos en el transporte del ferrocarril. Recuerdos e historias por compartir en esos trayectos… una reminiscencia imborrable ahora que ya no están.
Kilométricos para empleados
Material móvil
Señalización Renfe
Lámparas de señalización
Ollas ferroviarias o putxeras
La olla ferroviaria o putxera es un aparato de cocina que surge vinculado al ferrocarril de La Robla en el norte de España. Es un útil gastronómico vinculado al ferrocarril utilizado por los antiguos maquinistas, guardafrenos y demás personal ferroviario para cocinar en los largos trayectos de la línea.
El ferrocarril minero transportaba carbón desde las minas leonesas hasta las factorías del país vasco atravesando en su recorrido las provincias de León, Palencia, Cantabria, Burgos y Vizcaya. Debido a la gran distancia, a la duración del viaje y al clima extremo que se vivía en el ferrocarril en invierno surgió la necesidad de cocinar un plato caliente durante el trayecto y de ahí el surgimiento de la olla ferroviaria.
Este aparato está compuesto de un recipiente metálico donde se hace la combustión junto con un puchero de porcelana o barro encajado en el recipiente donde se deposita la comida. Todo ello provisto de un artilugio con patas para la sujeción y un asa con empuñadura para su transporte.
Su nombre varía según el punto del trazado donde se encontrasen siendo olla ferroviaria en las zonas más meridionales y transformándose en putxera al aproximarnos al país vasco.
Se utilizaban para prepararse diariamente las comidas y cenas cuando realizaban servicio en trenes o hacían reemplazos en estaciones, a veces estos reemplazos duraban 6, 8 y hasta 15 días sin poder regresar a sus domicilios.
Cocinaban por lo general cocido de legumbres con su correspondiente carne, tocino, chorizo y morcilla o patatas con carne y de esa forma comían caliente y económico.
Al no haber en la mayoría de las estaciones fonda ni pensión donde pernoctar, el personal suplementario del servicio de estaciones llevaba también su catre o cama plegable para dormir en las dependencias de la estación (sala de espera, almacén u oficina).