Montgat - Barcelona
Montgat es una población situada en la comarca del Maresme y se encuentra entre Badalona y el Masnou, Tiana y Alella a menos de 15Km de Barcelona. En el lugar donde se ubica hoy en día Montgat se asentaba un poblado ibérico y durante la época romana el núcleo urbano era atravesado por la vía Augusta que comunicaba hispania con Roma.
Durante la edad media el castillo de Montgat vigilaba todo el norte de la costa pero Felipe V lo hizo destruir para evitar futuras revueltas de los catalanes después de la guerra de sucesión en el siglo XVIII.
Túnel en Montgat
Montgat puede presumir de tener el 1er túnel ferroviario de españa ya que en 1848 se inauguró la primera línea de tren de la península ibérica entre Barcelona y Mataró. La estación de Montgat es una estación de Renfe en Barcelona situada en la línea de playa del municipio homónimo en la provincia de Barcelona.
La estación está en la línea del Maresme en el tramo Barcelona-Mataró, el primero que se abrió en España. Es una estación de cercanías desde que se creó la red y no tiene ningún otro servicio ferroviario. En este pueblo pasaba las vacaciones de verano y me empapé de la idiosincrasia catalana, espectaculares esos tiempos vividos.
Como mi padre estaba trabajando temporalmente en Barcelona nos alquilaba habitaciones en una casa de Montgat cerca de Badalona. Viajábamos los 3 hermanos con mi madre desde Madrid y mi padre nos recogía en la estación de Francia de Barcelona para llevarnos a Montgat a pasar los 3 meses del veraneo a su lado.
Recuerdo perfectamente a mi madre preparando en Madrid el equipaje y pidiendo luego un taxi de los que detrás de los asientos delanteros salían 2 pequeños asientos (trasportín) y nos llevaba a la estación.
Viaje en tren a Montgat
Al llegar al compartimiento del vagón del tren, mi madre organizaba perfectamente los bultos qué recuerdos de aquellos vagones en el tren correo o en el expreso! completamente forrados en madera y tapicería acolchada para asientos y reposa-cabezas, con el maletero de metal y el auxiliar de redecilla donde se ponían bolsas y prendas, como no, aquellas fotos antiguas enmarcadas en latón de ciudades españolas para mí entonces desconocidas, lejanas y hasta exóticas.
Me gustaba especialmente mirar por la ventanilla a la espera de que el jefe de estación que con su gorra con cinta roja y su farolillo rojo diese la salida al tren. Siempre esperaba que él pasara por mi lado desde la cabecera del tren y arrancábamos, desde ese momento comenzaba la aventura.
Mi madre siempre reservaba los 4 asientos pegados a la ventanilla, así que después de cenar nos tumbaba en los asientos (eran corredizos hacia delante) e incluso encima de ella para que al menos nosotros fuésemos tumbados y lográsemos dormir ya que la noche se hacía eterna.
Recuerdo perfectamente que entre sueños oía la campana de las distintas estaciones cuando llegábamos o salíamos de ellas y la voz del jefe de estación que anunciaba nuestra llegada o salida: tren correo - procedente de Madrid - con destino a Barcelona... va a efectuar su entrada por vía 1 o... va a efectuar su salida ....
Pero sobre todo me acuerdo de aquellos personajes que de pie en el andén voceaban sus mercancías como las tortas de Alcázar en Alcázar de San Juan, mantecadas de Astorga ..., siempre me despertaba al llegar a esta última porque me fascinaba como subían los vendedores con su mercancía en una bandeja colgada del cuello con una banda de cuero ancha y sobre la madera de aquella bandeja un montón de cajas de madera llenas de dichas mantecadas y luego las voces que se deshacían poco a poco en la noche..... mantecadas de Astorga...
Ya despiertos y aseados desayunábamos las mantecadas mientras veíamos pasar por la ventanilla con relativa rapidez el paisaje de olivos y encinas con pueblos que se desperezaban lentamente.
La llegada era igualmente numerera y ruidosa, al placer de ver a mi padre se unía el olor a mar. Allí olía a yodo, a humedad de sal, a Mediterráneo o a Cantábrico dependiendo del viaje, luego llegaba la bajada de maletas, los besos, el mozo de estación con su carretilla tras el cual teníamos que ir deprisa ya que intentaba hacer más portes y finalmente coger el taxi hasta llegar a la casa que mi padre nos alquilaba en Montgat.
Parecíamos una troupe en la estación y no digamos cuándo llegábamos a Badalona después de dormir en el tren. Siempre llevábamos además de las 2 maletas (en aquellos tiempos las maletas solían ser de tela y cuero con estructura de cartón), los bolsos con la cena y el desayuno, las rebecas por si por la noche refrescaba y mantas de viaje para taparnos.
Playa en Montgat
El alquiler de las habitaciones de Montgat eran en un piso bastante grande compartido con los dueños Juan y Anita (familia Morote), ahí era donde vivíamos durante nuestro veraneo..., íbamos a la playa andando y atravesando una especie de túnel bajo la carretera y recuerdo que al comienzo del túnel había un quiosco de chucherías.
En esta playa estaban las casas de los pescadores y nadie estaba allí a no ser para bañarse. Casi siempre estaba vacía y únicamente íbamos a jugar y a aprender a nadar con unas olas enormes pero era muy divertido, también nos íbamos a jugar a los baños de San Gerardo allí en plena playa.
Baños Montgat
Los baños que surgieron en Montgat fueron construidos encima de los cimientos de una antigua fábrica. Había en su momento 4 Baños muy populares: Sant Gerard, Montgat, Emporium y Virgen del Carmen. Los 2 últimos todavía siguen en pie.
El Emporium, fue recientemente remodelado pero los baños Virgen del Carmen siguen en su forma original, y aquí siempre se puede disfrutar de una típica comida veraniega playera.
Montgat era el arrabal costero de un pueblo de interior (Tiana). El desarrollo de las zonas de baños estuvo directamente vinculado a la llegada del tren y al crecimiento de la industria: Montgat tiene un aire de pueblo fronterizo. Cada fin de semana, trabajadores de toda Barcelona llegaban a los baños de Montgat con una cantidad respetable de trenes especiales, autocares, autos, motocicletas, y algún vehículo tronado y pasado de moda.
Antiguamente, los baños de Montgat representaron para la clase trabajadora de Barcelona la posibilidad de disfrutar (aunque solo fuera por un día) del veraneo, un privilegio que hasta el momento se había reservado a las clases acomodadas. La buena comunicación con Barcelona hizo que los baños de Montgat fueran uno de los espacios de ocio más populares de la época y como tal, uno de los escenarios de las primeras incursiones de la clase obrera en las playas del litoral catalán.
Verano en Montgat
Festejos en Montgat
Parque de atracciones el Tibidabo
La primera década de la inauguración del Tibidabo de Barcelona en 1960 se caracterizó por pequeñas diversiones como telescopios y prismáticos, columpios, tiro Flobert, juegos de bolos, los espejos, autómatas, estación de palomas mensajeras, etc... así como una gran cantidad de actos de todo tipo: corales de Clavé, bandas militares, orquestas y ascensiones en globo, entre otros.
Se inaugura el ferrocarril aéreo, que daría entrada a las grandes atracciones. Se emprende la construcción de una gran estructura metálica bautizada como la atalaya, (de 50 metros de altura), y se inician los proyectos para doblar la capacidad del funicular.
Se crean muchas atracciones como el teleférico, las ollas voladoras, el tren miniatura (réplica del primer ferrocarril Barcelona - Mataró), los coches eléctricos, la casa de las sorpresas, el castillo encantado, etc... sin olvidarnos de los gigantes: doña atalaya y don avión.
En 1970 se amplía el Parque de Atracciones con nuevas terrazas donde se abren el circuito indianápolis de karts y también, años más tarde, el restaurante la Miranda.
Fueron apareciendo sucesivamente otras atracciones, como los tiovivos, la casa de cristal, la tralla, la mini-autopista o el scalextric.
Por cierto y que no se me quede en el tintero, yo me monté en un kart y en una de las vueltas me choqué con la valla interior del circuito, no sé que pasaría después con mi familia para arreglar el tinglado que monté.