Salones de Billar - WEB 2023

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Salones de billar

Desde luego, en nuestra niñez recursos no nos faltaban para divertirnos: ir al cine, jugar al fútbol, a las chapas, a la lima o a las canicas, cambiar cromos o tebeos… pero cuando podíamos y la paga de la semana daba para ello, de vez en cuando los sábados por la tarde nos gustaba ir a los salones de billar, como así los llamábamos, o sea, a ese local de juegos recreativos como oficialmente debía llamarse y que no faltaba en ningún barrio que se preciase.

Les llamábamos billares sí, pero a lo que de verdad nos gustaba era ir a jugar al futbolín, que lo de darle a unas bolas con un palo era solo cosa de adolescentes con aspiraciones a ser jóvenes de espíritu rebelde o de jóvenes con deseos de ser adultos de pelo en pecho.

En fin, fuera lo que fuese, lo que a nosotros de verdad nos gustaba era competir en el futbolín, viviendo además los colores de tu equipo favorito, generalmente el Atlético de Madrid y el Real Madrid que al parecer era el modelo estándar que había en los futbolines de mi barrio en Madrid.

Así, con 5 pesetas la partida, nos pasábamos la tarde dándole a la manivela para tratar de golpear una pelota de madera o corcho con aquel simulacro de jugadores de fútbol atravesados por una barra de acero como si fueran pinchitos morunos.

y vaya si lo pasábamos bien!  qué emoción, por Dios!  y qué saltos y qué gritos!

Pero si parecía que estábamos en el mismísimo Bernabéu o en el Manzanares como con buen criterio se llamaba entonces el estadio Vicente Calderón. Por no faltar no faltaban ni discusiones como que si es mejor que vayas de portero, que si no se puede darle a la pelota haciendo girar la manivela, que si saco yo la pelota…

Una pasada, desde luego, aquellas inolvidables tardes de sábado en los billares, en los que casi sin querer nos fuimos haciendo mayores y algunos hasta convertidos en adolescentes con espíritu rebelde y sueños aún por cumplir.
Salones de billar y recreativos

Voy a intentar rememorar el ambiente de los salones de billar y recreativos de los años 60 y 70 incluyendo fotos de aparatos electromecánicos que estuvieron presentes en dichos salones.
 
¿Que podíamos encontrarnos en los salones de billar?

En los salones de billar nos podíamos encontrar con mesas de billar, futbolines, mesas de ping pong,... pero además, algunos de estos salones de billar estaban especializados en esas tragaperras electromecánicas llamadas flippers o pinballs, en especial las que estaban en los maravillosos sótanos de la Gran vía de Madrid allá por 1962.
Billares de mi barrio

En mi barrio había varios billares, uno de ellos se llamaba Pasaje ya que estaba en un pasaje que había entre el Paseo de las Delicias y la calle Batalla de Brunete, era el pasaje Rafael de Riego. A estos Billares íbamos los amigos cuando hacíamos novillos a jugar al futbolín o al billar (subiendo por el  Paseo de las Delicias estaba en la mitad del pasaje a la izquierda) y además aprovechábamos a jugar a rescates o al fútbol corriendo entre los obstáculos que no encontrábamos incluyendo el tirarnos por encima de las barandillas (a la izquierda en la foto) que estaban en las puertas de una tienda de ropa.

Había otros billares llamados América entre mi antiguo colegio Castilla y mi casa del Paseo de las Delicias. También íbamos a otro muy chiquito que estaba enfrente de mi casa (Paseo de las Delicias esquina calle Cáceres) regentado por una familia muy amable (Sr. Valderrama) y su encargado Félix con muy mala leche pero finalmente es con el que más íbamos a estar en nuestros buenos ratos.
Tardes de billares

Los salones de billar cumplían una función de barrio, sólo se iba al centro de Madrid para jugar en Los Sótanos a máquinas impensables en los billares de nuestro barrio.

Normalmente nos tirábamos la tarde entera en los billares intentando trasgredir la prohibición de prohibido tirar massés aunque para ello tuviéramos que aprender qué coño era un massé.

Hoy lo poco que queda de los salones de billar se llama recreativos y son simplemente salones de tragaperras que no dan premio. Los de antaño cumplían su función social, como eran los Embajadores o los América que estaban a la salida del colegio y ahí se aprendía a fumar, a vaguear, a interaccionar y en definitiva, se echaba la tarde en la más pura línea del adolescentes taco en mano y mirada desafiante.

En mi época de estudiante, los salones de billar nos servían para hacer pellas o novillos en las clases de la mañana porque el colegio San Saturio al que yo iba estaba muy cerca de los Portillo y los Embajadores (ambos en la calle embajadores). Íbamos a pasar el rato y a hacer trampas tanto en los futbolines como en las máquinas Flippers o Tragaperras, etc...

¿Que como hacíamos las trampas?
 
Pues solíamos meter un hilo de acero por el conducto dónde se echaban las monedas hasta que hacía contacto con el relé, en ese momento y dependiendo de las veces que hacías el contacto, la máquina te iba suministrando las partidas gratis en el contador. Por supuesto siempre estábamos expuestos a que el jefe del local nos pillase ya que merodeaba por dónde estábamos nosotros porque se sabía los trucos, pero nosotros eramos muy avezados en esas trampas y no solía pillarnos.

La disciplina interna de los salones de billar era mantenida por el jefe, (posiblemente antiguo instructor del frente de juventudes) que se distinguía además de por su edad por una descomunal faltriquera (que portaba en su cintura) y que guardaba quintales de calderilla lo que le permitía dar el cambio adecuado a las necesidades de los jugones.
Billares Callao

Estaban ubicados en los sótanos a la izquierda del edificio del cine Callao. Era un establecimiento perteneciente a la cadena Brubbiks de París, dotado de 32 mesas de billar incluidas algunas en exclusiva para profesionales con una sala aparte como graderío para la celebración de competiciones y con un bar americano que completaba las instalaciones.

El proyecto original del arquitecto Luis Gutiérrez Soto incluía en este edificio, además de la gran sala interior con capacidad para 1.333 localidades, un gran café con escenario para actuaciones en su sótano que posteriormente sería convertido en sala de billar. Fueron inaugurados el domingo 1 de abril de 1928. Su puerta de acceso se encontraba junto a la del cine Callao y apenas puestos los pies en el primer peldaño de la escalera por la que se bajaba al gran salón había un balcón desde el que visualizar el ambiente.

Era una sala espaciosa, grande, de amplias paredes y pródiga de luz. En una de las esquinas del salón había un bar americano donde un experto barman ofrecía sabrosísimos tónicos a los infatigables aficionados que podían jugar sus partidas en las 32 mesas de billar disponibles.

El salón de billares Callao se mantuvo abierto hasta la década de los años 70 del siglo pasado y sirvió en la guerra civil española como comedor colectivo durante el asedio a Madrid. Hoy es la sala 2 del cine y su puerta se ha convertido en salida de emergencia.
El Juego del billar

El billar es un juego de precisión que se basa en impulsar con un taco de madera las bolas que están sobre la mesa. Si por algo destaca el juego del billar es por sus diferentes versiones y reglas. Estos son algunos de los más populares:

El billar Francés o Carambola en el que se emplea un palo de madera o taco (termina con una zapata pegada en la parte más fina del palo) y que se la tiene que frotar con un poco de tiza (azul) para que no resbale el taco al golpear a la bola. Antiguamente se jugaba con 3 bolas de marfil (1 roja y 2 blancas, una de las blancas con un punto negro para diferenciarlas). Se ponen sobre una mesa tapizada con paño verde o azul y con bordes elásticos que ayudan a que reboten las bolas.

Se juega preferiblemente entre 2 personas pero se puede jugar en solitario o con más jugadores. El propósito del juego es emplear la bola asignada al jugador para tocar con ella las otras 2 bolas y hacer una carambola, esto es, el participante emplea un taco para impulsar su bola hacia ambas bolas restantes, el hecho que la bola del jugador toque la bola roja y la bola del contrincante (o en orden inverso la bola del otro jugador y después la bola roja) constituye una carambola.


El juego a 3 bandas similar al anterior, consiste en que los jugadores impulsen su bola asignada con el propósito de hacer contacto con las otras 2 bolas en la mesa pero es imprescindible que antes de golpear a la última bola ha de tocar 3 veces algunos o varios de los lados de la mesa conocidos como bandas.


El billar americano (pool), en este juego la mesa es diferente y tiene 6 agujeros o troneras, 4 en las esquinas y 2 más en el centro de cada una de las bandas largas de la mesa, en ellos deben introducirse las bolas siguiendo las reglas específicas de cada juego.

Los juegos de pool suelen contar con 15 bolas numeradas del 1 al 15 siendo las 7 primeras conocidas como lisas ya que se colorean de manera uniforme a lo largo de toda la bola utilizando un color diferente para cada una de ellas. Las 7 últimas se conocen como rayadas utilizando los mismos colores que las bolas lisas en el mismo orden pero distinguiéndose por la forma en que es aplicado el color de una banda alrededor de la bola.

La bola 8 posee el color negro siendo el único que no se repite en el conjunto aplicado a toda la bola a la manera de las bolas lisas. El simple hecho de introducir la bola blanca o no tocar la bola 8 cuando solo sobran esas 2, o sacar la bola 8 fuera de la mesa o embocar la bola 8 en una tronera diferente a la anunciada es una pérdida automática de la partida para quien haya cometido la falta.
El futbolín

Empecemos conociendo que el futbolín se inventó en España, si bien es cierto que los inicios del futbolín se produjeron en Alemania de la mano de Broto Wachter, su estética tiene poco que ver con la actual así que el futbolín se inventó en España y punto.
 
Alejandro de Finisterre (gallego) es el creador del futbolín. En 1936 durante la guerra civil española fue hospitalizado debido a unos bombardeos en Madrid y allí conoció a unos niños que debido a diversos problemas no podían jugar al fútbol, así que con ayuda de un carpintero crearon este popular juego que se ha extendido a todos los rincones del mundo para que aquellos niños pudieran jugar al fútbol.

Es un juego que requiere reflejos rápidos, tacto delicado, control de la pelota, regate al contrario y disparo fuerte, seco y colocado. Se puede jugar individualmente (uno contra uno) o por parejas.

Las partidas de futbolín se jugaban en bares, billares u otros salones recreativos con los amigos o espontáneos que se unían a echar una partida. 1 peseta / 8 bolas. Los futbolines tenían diferentes versiones según se instalaran en uno u otro lugar. En Madrid los equipos eran Real Madrid y Athlético de Madrid. En Cataluña el Barça y el Español, pero algunos de estos equipos fueron desapareciendo y al final se impuso el Real Madrid vs Barça.

Había verdaderos especialistas que se mantenían horas y horas jugando (lo normal era hacerlo al pierde-paga dejando los perdedores paso a nuevos rivales). Otros en cambio resultaban unos mantas que se dejaban golear y encima por ser unos manazas acababan tiznados con la grasa de las barras.

Si en el lance del juego se rompía alguno de los monigotes, o sea los futbolistas de madera, rápido llegaba el encargado de los billares a repararlo entre imprecaciones a las que ya estábamos acostumbrados como tonto, jodío, etc… y aprovechaba para engrasar las barras con el unte negro que tenía en un bote y que luego aplicaba con un pincel.

También tenía que enderezar las barras de acero debido a las manifestaciones de los jugadores que se montaban sobre ellas en los saltos de celebración de los goles.
Tenis de mesa o ping pong

El tenis de mesa es un deporte de raqueta o pala que se disputa entre 2 jugadores o 2 parejas (dobles). Las partidas de ping pong (pimpóm) las jugábamos en los billares con los amigos después de jugar al billar o a las máquinas recreativas.

El servicio de saque de la pelota comienza con la pelota descansando libremente sobre la palma abierta e inmóvil de la mano libre del servidor. Después el servidor lanzará la pelota hacia arriba lo más verticalmente posible sin imprimirle efecto de manera que se eleve al menos 16 cm tras salir de la palma de la mano libre y luego caiga sin tocar nada antes de ser golpeada. Cuando la pelota está descendiendo, el servidor la golpeará de forma que toque primero su campo y después toque directamente el campo del receptor. La jugada se repite si en el servicio la pelota toca la red y se permite volver a sacar por 2ª vez.

El ping pong creaba adictos pese a la mala ubicación de las mesas ya que las solían poner en los sótanos entre las columnas y era materialmente imposible jugar bien, pero aún así, arengabas a tus amigos para ir a los billares a jugar ping pong.
Recretivas o flippers o pinballs

Eran finales de los 60 y la década de los 70 cuando las máquinas recreativas estaban en pleno apogeo. 1 duro/2 partidas, 2 duros/5 partidas.

Las marcas eran muy diversas: Petaco, Capri, Cavalier, Póquer Plus, Paraíso, Rey de Diamantes y muchísimas más. La parte del marcador siempre estaba ilustrada con dibujos llamativos de chicas ligeras de ropa, chicos, coches y escenas de terror.

Jóvenes y mayores se agolpaban en torno a la máquina para poder ver la destreza del jugador. La bola acerada se perdía en pasadizos rebotando con los pirulos y bumpers que tenia la máquina, mientras el objetivo era alcanzar la puntuación suficiente o que se encendiera la especial para obtener 1 partida gratis.

Cuando salieron al mercado las máquinas para jugar varias personas a la vez es decir, con 4 contadores las competiciones eran habituales. También compartíamos uno de los botones con un amigo o amiga, aunque esta era la forma de jugar más molesta, pero te permitía tener en la otra mano el cigarrillo.

Había que tener mucho cuidado si movías la máquina con cierta brusquedad ya que podía salirte el letrerito infame de falta o tilt y la partida terminaría de inmediato.

Guardo gratos recuerdos de mi paso por los billares, bares y cafeterías al lado de estas máquinas que tantas tardes nos llenaron de distracción a los jóvenes de la época.
Máquinas electromecánicas

A continuación voy a incluir las fotos de algunas de las máquinas electromecánicas que recuerdo haber jugado en diferentes salones recreativos durante mi infancia...
 
Supongo que a los más jóvenes les llamarán la atención estos aparatos que existían antes de la invasión de los vídeo juegos y a los más carrozas les traerán buenos recuerdos que espero sean un regreso a su infancia.

oh, qué maravilla!  alucinante!  hay que ver los avances tecnológicos que hay hoy día!

Expresiones tan ardorosas y efusivas como estás fueron las que probablemente emitíamos cuando a comienzos de los años 70 descubrimos algo parecido a un juego de tenis llamado pong, que simplemente consistía en 2 líneas que, a modo de paletas de tenis eran capaces de interceptar una pelota consiguiendo que esta cruzara una pantalla parecida a la de un televisor.

Los recreativos se vieron invadidos por aparatosos muebles con una pantalla incorporada en los que podíamos disfrutar de este primer vídeo juego de la historia, como así puede ser considerado.

No obstante y según las crónicas más fieles a la realidad, el susodicho pong en realidad había sido originariamente llamado tennis for two (tenis para dos). Su autor sin embargo con pocas miras de futuro simplemente lo presentó como curiosidad científica pero nunca patentó su invención lo que permitió que en 1972 fuese comercializado por la empresa Atari que entonces ya estaba alerta a la puesta en marcha de una auténtica revolución en el mundo del ocio y el entretenimiento. y hasta hoy…!


Vídeos de juegos recreativos de Deportes

A continuación os voy a incluir algunos fragmentos de vídeos correspondientes a juegos arcade (máquinas electromecánicas) y que también recuerdo haber jugado en Los Sótanos de la Gran Vía madrileña durante mi juventud.

Vídeos de juegos recreativos de Combate
Vídeos de juegos recreativos de Tiro
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