Emigración e Inmigración
En la posguerra, la política autárquica franquista de principio impidió la emigración pero como la situación económica española era muy deficiente y la necesidad de mano de obra en Europa muy grande, por esta razón se daba mano ancha permitiendola.
Todavía conservo un recuerdo imborrable del puerto de Vigo despidiendo a una amiga de mi madre que zarpaba en barco hacia Venezuela.
Los años 50 no fueron fáciles en España. Muchos ciudadanos se vieron obligados a abandonar sus casas para buscar un futuro mejor en Europa. Muchos de ellos trabajarían en las minas del carbón, en la industria pesada, la construcción o como servicio doméstico.
Más de 100.000 españoles acogió el mundo durante esos años. Unos echaron raíces o trasladaron a sus familias en los meses siguientes, otros regresaron en los fructíferos años 60. En todos, el recuerdo de aquel adiós.
Trabajos para Emigrantes
La partida hacia otros países se hace masiva, en general campesinos sin tierras con escasa cualificación. Más de 2 millones de españoles emigraron a partir de los años 50. La mayor parte irregularmente aceptando los trabajos más duros y con peor salario como la construcción y el servicio doméstico (Francia), la industria química y metalúrgica (Alemania), la hostelería y la industria (Suiza), la minería (Bélgica), etc...
Aquellos hombres y mujeres vivieron sus primeros meses en barracones. En ocasiones en antiguos campos de concentración en desuso, en residencias colectivas, incluso en naves y antiguos establos como lo fue el caso de los temporeros agrícolas.
Y es que a mediados de los 60, Madrid era poco más que un pueblo que empezaba a salir de la miseria a costa del trabajo de los miles de emigrantes que abandonaron sus pueblos de Andalucía, Extremadura, Galicia o Asturias y que lucharon como burros por salir de la pobreza de sus pueblos y aldeas.
Muchos emigraron a Alemania, Suiza, Francia, pero no hay que olvidar (y también lo digo por los nacionalistas a veces tan egoístas y apegados a sus creencias franquistas) que ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao se nutrieron y crecieron a costa de los jóvenes trabajadores que creían que llegaban al paraíso de las longanizas y se dieron de cara con la realidad de que para tener un frigorífico o una lavadora en la España del progreso industrial había que echarle muchas horas al tajo y tener muy pocos derechos laborales.
Inmigración en España
En la actualidad lo que son las cosas, España es un receptor de emigrantes (inmigrantes), son personas jóvenes (como fueron los españoles) que no pueden sobrevivir en sus países de origen y están dispuestos a trabajar en condiciones y en trabajos que muchos españoles no aceptaríamos nunca. Muchos de ellos no pueden entrar legalmente y se juegan la vida para conseguir llegar a España, los que lo consiguen, desde ese momento se ven obligados a vivir en condiciones marginales y a aceptar trabajos que están fuera de la legalidad.
España recibe inmigrantes principalmente de Iberoamérica, además de otras partes de Europa y África. En 2017, los grupos que más aumentaron su población en el país procedían de Venezuela, Colombia, Italia, Ucrania y Argentina.
Entre 2020 y 2021, el flujo migratorio de argentinos a España aumentó un 65,8%, encabezando la lista de sudamericanos que más emigraron a España.
En 2022, la comunidad procedente de Hispanoamérica creció casi un 60% en Madrid, debido al aumento de las comunidades de Venezolanos, Colombianos, Peruanos, Dominicanos y Hondureños, entre otros, mientras que menguan las de Rumanos, Chinos o Marroquíes.