Navidades
Llegado el mes de Diciembre cuando salíamos del colegio íbamos a comprar a los Puestos Navideños la pandereta y la zambomba y nos pasábamos las tardes muertas cantando Villancicos, una vez obtenidas las merecidas vacaciones se imponía montar el Belén y todos estos elementos dormían el sueño de los justos el resto del año metiditos en su caja y era fantástico ir sacándolo todo poco a poco y despertar recuerdos de los años anteriores en casa, las figuras del Pesebre fueron las mismas durante todo el tiempo que viví allí y es entrañable contemplarlas después de tantos años.
Parece que te transportas a tu niñez, cada año se imponía la visita a la Feria de Navidad de la Plaza Mayor de Madrid donde quizás se incorporaría una nueva figurita al Pesebre y donde seguro se compraría el musgo reglamentario, esas ferias eran y por suerte siguen siéndolo entrañables. Recordad aquellos maravillosos Belénes en los que siempre había un río de papel de plata con una Lavandera en la orilla y muchos Pastores, Ovejas y Gallinas que eran más grandes que las ovejas y Palmeras espolvoreadas con harina para simular que era nieve y un Portal de Belén de corcho con la Virgen María, San José, el Niño Jesús, el Buey, la Mula y un Angelito que había que colocar en equilibrio y a lo lejos, los Reyes Magos con todo su séquito siguiendo una estrella de papel de plata.
Pero lo mejor de todo era cuando nos daban las Vacaciones en el colegio, normalmente solía ser el día del Sorteo de la Lotería de Navidad (por cierto, la musiquilla esa de cien millll peseetaaaas quedaba mucho mejor que la actual de millll euuurooos), el sorteo de la lotería mantenía atentos a la familia delante del televisor y la radio, soñábamos con empezar un nuevo año con un ayuda extra y poder realizar todo aquello que en el año que finalizaba no pudimos realizar, ver el mar, comprar un seiscientos, la máquina de coser Singer, empapelar las paredes del salón o los últimos electrodomésticos que con canciones pegadizas nos mostraba la televisión.
Pero si no éramos afortunados, los abuelos decían eso de esperaremos a la del Niño refiriéndose al sorteo de la lotería del 5 de Enero.
Enseguida llegaba la Nochevieja y las celebraciones familiares se retomaban, poca cosa que decir. Ya justitos de familiares, preparar la cena con los restos de la Nochebuena incluyendo dulces y sidra e ir sacando las uvas, sintonizando ya RNE para escuchar las campanadas de la Puerta del Sol de Madrid o, los que ya disponian de televisor a verlas en la tele que empezó a retransmitirlas en 1962.
Tras la cena, el momento de las 12 campanadas que era totalmente mágico desde el punto de vista de un niño claro, seguir el ritual de los cuartos, las campanadas y tratar de engullir todas las uvas a tiempo era algo misterioso y a la vez estresante, los chicos no conseguíamos hacerlo a tiempo salvo si nos las metíamos todas a la vez en la boca, pero nos maravillaba lo contentos que se ponían todos y cómo levantaban las copas para brindar después, otro año más que caía, un nuevo número que aprender para poner la fecha en los cuadernos de la escuela, por supuesto que en la noche de Fin de Año los niños nos quedábamos hasta muy tarde para poder comer las uvas, y a la cama.
La televisión durante las vacaciones también era diferente a la de ahora, como comenté antes había mucha programación infantil estos días y también películas religiosas y programas especiales con actuaciones musicales de los artistas del momento, por cierto, en Navidad y Nochevieja una película que no fallaba casi ningún año era La Gran Familia con sus momentos hilarantes y algunos otros bastante dramáticos como la inolvidable escena en la que Chencho se pierde en la Plaza Mayor y su abuelo encarnado por el actor Pepe Isbert le va llamando a gritos con aquella voz tan cascada.
Pero antes de esa etapa que de alguna forma iba a dar el punto y final a las fiestas y después de Navidad, teníamos el día de los Santos Inocentes... ahora se ha perdido un poco la tradición, pero entonces los chicos acudíamos en masa a las tiendecitas de juguetes y quioscos a comprar Artículos de Broma para la ocasión como las Bombas Fétidas, Líquidos de Frío y Calor, Tintas para manchas que desaparecían, cualquier cosa era buena para endosarle una buena broma a algún conocido, aunque la estrella seguía siendo el humilde Muñequito de Papel o Inocente que se pegaba en la espalda del incauto de turno, era muy corriente ese día ver a algún señor que llevaba el muñequito colgando en el abrigo... y por supuesto, ese día todo el mundo estaba muy pendiente de las bromas que nos solían gastar en los medios de comunicación...
Lamentablemente las vacaciones se acababan y no teníamos más que un día para disfrutar de todos los juguetes nuevos, aunque el primer día de la vuelta al cole siempre nos permitían llevar algún juguete para que lo viesen los compañeros.